El ángel de la CNMC que quiere liberalizar el taxi en España: Es un monopolio.

  • María Sobrino apuesta por la economía colaborativa
  • En sus ’emails’, varias empresas de economía colaborativa se refieren a ella como “el ángel de la CNMC”. Así es María Sobrino y estas son sus posturas sobre el sector del taxi

Madrid. Cinco días.– Es uno de los debates que más tensión están generando actualmente entre las empresas y la sociedad, pero también entre las distintas instituciones. Un ejemplo de ello es la guerra abierta entre la CNMC y el Gobierno con una pregunta sobre la mesa: ¿cómo regulamos la economía colaborativa? ¿Hay que regularla? ¿O dejarla como está? ¿Cómo se van a pagar impuestos por ello? El debate sigue justo a escasos días de que regrese a España una de las aplicaciones más odiadas por el sector del taxi: Uber.

El cisma es de tal tamaño que, de hecho, existen diferencias incluso dentro de una misma institución. Es el caso de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que ha tenido que lanzar una nueva consulta pública por un motivo muy claro: ni siquiera en el propio organismo se ponen de acuerdo.

Mientras tanto, los sectores empresariales afectados se van asociando y van llevando a cabo sus propias acciones de presión: por un lado, las empresas de economía colaborativa, que intentan agruparse para formar un frente común; por otro, los taxistas, los hoteles y todos aquellos gremios afectados por las anteriores plataformas, que luchan de manera separada dentro de su propio terreno.

“El ángel de la CNMC”

La comunicación es mucho más fluida entre muchas empresas de economía colaborativa, que comparten comunicaciones, estrategias e incluso decisiones. Y, en la sucesión de correos electrónicos que a veces se intercambian, hay una palabra que se repite con relativa frecuencia, “ángel”. En ocasiones, con su complemento: “El ángel de la CNMC”. Un ángel al que las empresas se agarran como a un clavo ardiendo para luchar por sus intereses.

Pero ¿quién es ese “ángel de la CNMC”? Se trata de María Sobrino, la subdirectora de Estudios e Informes del departamento de Promoción de la Competencia de la CNMC. Un cargo que, en los últimos tiempos, defiende sus mismas teorías dentro de un organismo en el que no hay posturas claras y en el que el enfrentamiento de pareceres es evidente.

Sin embargo, a causa de las dudas internas que acontecen en la CNMC, una parte sustancial de las empresas de economía colaborativa presentes en nuestro país se encomiendan a María Sobrino para que sus teorías sean las que consigan imponerse en el debate.

¿Quién es María Sobrino?

La pregunta parece obvia: ¿quién es María Sobrino? ¿Qué perfil tiene la actual subdirectora de Estudios e Informes del departamento de Promoción de la Competencia de la CNMC? Y, sobre todo, ¿qué posturas defiende en estos choques de intereses?

María Sobrino, según la documentación aportada en su momento por la CNMC, es técnico comercial y economista del Estado. Además de la CNMC, Sobrino también ha trabajado dentro del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, donde en su momento llegó a asumir la Jefatura de Área de la Subdirección de Estudios de la Dirección de Promoción y la Jefatura de Servicio de la Subdirección General de Política Comercial de la Unión Europea.
En cuanto a su labor en la CNMC, antes de pasar a Promoción de la Competencia, Sobrino ya fue subdirectora del Servicio Ferroviario de la Dirección de Transportes y Sector Postal. Un perfil, por tanto, con experiencia más que evidente tanto en la gestión pública como en la participación dentro de órganos internos de la propia CNMC.

“El taxi es un monopolio”

Dentro de la tarea de divulgación y debate abierto que siempre lleva a cabo la CNMC, han sido varias las veces que María Sobrino ha expresado sus opiniones (que cabría asumir como corporativas) sobre la economía colaborativa y su posible regulación.

Quizá la mejor de las ocasiones se dio hace muy poco, el pasado 18 de febrero. Aquel jueves, el mismo día en que más de 2.000 taxistas se manifestaban ante la sede de la CNMC, Sobrino acudía a la Universidad Complutense de Madrid para participar en un debate al hilo de la presentación del estudio ‘¿Colaboración o negocio? Consumo colaborativo: del valor para los usuarios a una sociedad con valores’, elaborado por la plataforma Ouishare y la propia UCM.

En dicho debate, la representante de la CNMC aportó gran parte de su visión sobre los sectores afectados por la economía colaborativa, especialmente el del taxi. Y fue justo este el sector con el que Sobrino se mostró más crítica: “Si analizamos la evolución de las licencias concedidas en España, que se conceden prácticamente desde 1980 hasta ahora, observamos que el número de licencias prácticamente no ha variado. Es decir, que podríamos decir que el taxi es un monopolio”, aseguraba Sobrino, para quien, en este sector, “se ha impedido la entrada de nuevos agentes al mercado”.

Apuesta por la “liberalización del sector”

Para ella, el futuro del transporte con conductor pasaría por “un proceso de desregulación o liberalización del sector” con el que “eliminar esas barreras para que puedan entrar más agentes y para que compitan entre ellos”.
Para explicar su postura, Sobrino recurría a la primera ciudad que experimentó la aparición de Uber: “¿Qué ha ocurrido en San Francisco? Que se ha abierto el mercado y la compañía del taxi tradicional ha entrado en quiebra. Esto es la eficiencia. Si existen agentes que te permiten dar un servicio de manera más barata, o con mejor calidad, o de una manera que prefieren los consumidores, esa es la dinamización del mercado. La dinamización del mercado permite que unos entren, que otros salgan y que el que elija sea el consumidor”.

Sin detallar ningún nombre, Sobrino aseguraba que “en el caso del taxi existía una regulación ineficiente antes de la entrada de determinadas empresas en el mercado”. Unas empresas que, en su opinión, “permiten mucha mayor transparencia y quedan registradas a través de medios de pago ‘online”, con lo que “permiten mayor trazabilidad y esto puede facilitar el trabajo a las autoridades”.

La postura de Sobrino nunca ha gustado entre el gremio de taxistas, que acusan a plataformas como Uber o Cabify de competencial desleal. Para ella, no obstante, “en caso de que puedan surgir determinadas prácticas anticompetitivas, ya existe la Ley de Defensa de la Competencia. La posible existencia de estas prácticas, que existen en muchos mercados, no es un argumento para evitar que se produzca la liberalización”.

Un sector con “barreras de entrada”

Y es que, para la representante de la CNMC, “en España hay determinados sectores que tienen una regulación muy ineficiente, con barreras de entrada, y esto está restando bienestar a los consumidores. Con la entrada de más agentes, el mercado se dinamiza, se genera más innovación, se generan servicios más eficientes, se genera más calidad, etc. Y esto es lo que nos estamos perdiendo por la existencia de determinadas barreras”.

Por ello, Sobrino apostaba por una regulación mucho más relajada o, en determinados casos, incluso inexistente: “Hay que revisar la regulación. En el caso de que sea necesaria, que se aplique de manera proporcionada; en el caso de que no sea necesaria, que no exista. De momento, está costando este proceso en España. Esperemos que poco a poco, o mejor rápido, se pueda cambiar y se eliminen las trabas que existen”.

Sobrino aplicaba este discurso a las empresas, pero también a los propios usuarios que, en un momento dado, ganen dinero mediante este tipo de servicios: “Esto requiere una revisión también de la regulación horizontal: facilitar los trámites y el acceso, a lo mejor, de un consumidor que solamente quiere dedicar unas determinadas horas a realizar determinada actividad. Hay que facilitar estos trámites, no es posible que un agente se tire cinco horas en la oficina de la Agencia Tributaria para poder darse de alta”.

“Hay que tender a la liberalización”

La representante de la CNMC lo tenía claro: “Independientemente de que la economía colaborativa surja de plataformas o de usuarios, aporta bienestar y hay que tender hacia la liberalización”.

Y es que para Sobrino, en definitiva, “la economía colaborativa ha eliminado o reducido algunos de los fallos que existían en determinados mercados, y esto plantea el reto de revisar la regulación existente, que en unos casos era ineficiente, y que se eliminen las barreras de acceso al mercado para que todos puedan competir”.

Por el momento, el panorama sigue revuelto: los taxistas acusan a la CNMC, la CNMC mantiene un discurso oficial firme (aunque internamente hay discusión), el Gobierno toma decisiones contrarias a lo que dictamina la CNMC… Parece evidente que a esta guerra aún le quedan muchas batallas.

“María está rodeada de dinosaurios”

En cuanto al papel de Sobrino en la CNMC, el CEO de una empresa de economía colaborativa nos da su versión sobre lo que pasa allí dentro: “María está rodeada de dinosaurios que no entienden lo que es internet ni las ventajas que puede tener la economía colaborativa”.

Para él, “el problema es que en la CNMC hay gente que sí que ha tenido conocimientos siempre para opinar sobre otros sectores tradicionales, pero de internet no tienen ni idea. Y como no tienen ni idea, se piensan que las empresas de economía colaborativa no somos serias, que no vamos a pagar impuestos y que vamos a fomentar la economía sumergida”.

Este CEO es parte interesada del conflicto, claro, con lo que su versión sobre el debate legal ha de ser tomada con prudencia. De todos modos, asegura que “ahora mismo no se trata de si tenemos razón o no: la cuestión es que no puede ser que la CNMC, que es un organismo que lucha para que haya competencia, tenga dentro a gente que nos desprecia. Para ellos somos ‘esos de internet’. A mí me gustaría que, como mínimo, hubiese un debate serio”.

“No es presión, es inmovilismo”

El fundador de otra de las empresas, sin embargo, rebaja el tono de la posible conspiración: “Algunos exageran con lo de los ‘lobbys’: una cosa es que los taxistas o los hoteles presionen, que están en su derecho al igual que nosotros, y otra es que sean un ‘lobby’ peligrosísimo. Es absurdo pensar que los taxistas, por ejemplo, puedan meter tanta presión como se dice”.

Para él, “el problema es que en la CNMC hay algunos gestores a los que todo lo nuevo les da igual. No es una cuestión de presiones, sino de inmovilismo. A lo mejor tienes al típico directivo que sabe mucho de energía, de finanzas, de telefonía… pero todo lo que tenga que ver con internet le abruma”.

“Tienen alergia a las ‘startups”, asegura: “Se creen que las ‘startups’ tecnológicas son cuatro amiguetes con un ordenador que mañana se van a arruinar. Y eso pudo pasar al principio, pero ahora tienen que darse cuenta de que muchas de estas compañías se juegan mucho dinero, reciben inversión de fondos de capital riesgo, etc. Lo mínimo que se merecen tanto las empresas como los afectados es que los políticos y los gestores sepan de lo que se está tratando”.

En este sentido, “a María Sobrino le toca lidiar con todos ellos. En mi opinión, es de las pocas que saben defender la innovación que suponen estas ‘startups’. A mí me consta que en la CNMC la mayoría están a favor de la economía colaborativa, pero María es la única que tiene un buen discurso para defenderla. Y es la que mejor va a poder convencer a los demás. Al menos, para que se formen”, asegura.

En cualquier caso, asegura, podría ser peor: “Luego están los que, además de que no saben de internet, encima se dejan presionar por los ‘lobbys’ de los taxistas, de los bancos, de los hoteles… Es vergonzoso que pase esto en la CNMC”.